Cualquiera que haya llevado clases de psicología conoce que su origen se encuentra en la fusión de dos palabras griegas: ψυχή y λογία. Si estas se traducen al alfabeto latín resultan: psyche, significando alma y logos, estudio de; pero la simbología de esta ciencia recae simplemente en su etimología, ya que el símbolo utilizado para representar profesional y universalmente a esta disciplina es la vigésima tercera letra del alfabeto griego, ψ o psi, de la cual proviene la palabra que hoy conforma esta ciencia.

Han surgido otras explicaciones en relación a esta simbología, como la representación del tridente del diablo por la relación que tenían, en la antigüedad, las enfermedades mentales con lo diabólico. Así también la representación de la mariposa en el símbolo ψ; no obstante, este elemento guarda cierta asociación con relatos de la antigua Grecia y sus diversas interpretaciones.

En el griego antiguo, la palabra psyche significaba mariposa, además de vida, aliento o soplo, hasta llegar a utilizarse como alma también, considerando que el alma permanecía en el cuerpo siempre que este aún respirase, tuviese aliento y vida. El registro más antiguo que se tiene de esta palabra es en un libro escrito a finales del siglo II d.C. En el libro Metamorfosis o mejor conocido como El Asno de Oro del escritor latín Apuleyo, se narra la historia de Cupido y Psique.

El relato cuenta la historia de Psique, una joven mortal, hija de un rey y la menor de tres hermanas quien había sido privilegiada con una belleza imposible de describir. Ante la gran admiración de los hombres por esta joven, Venus se llena de celos e irritación y envía a su hijo Cupido para enamorar a Psique de la criatura más horrible de la tierra, sin embargo, Cupido se enamora de ella y decide llevarla junto a él.

El rey, preocupado porque la menor de las hijas no conseguía unirse en matrimonio, consulta al oráculo de Delfos y recibe una desalentadora profecía por parte de Apolo; este le ordenó que llevaran a Psique vestida de negro hasta la roca en la punta de la montaña, allí deberían dejarla sola y llegaría una serpiente monstruosa a hacerla su esposa.

Temblorosa, sola y llena de miedo esperó Psique en la roca, pero fue Céfiro quien la recogió con un dulce viento hasta llevarla al valle que estaba debajo de la montaña. Allí se encontraba su nuevo hogar junto a Cupido, quien llegaba todas las noches y la amaba en la oscuridad, sin embargo, no le permitía revelar su identidad.

Cupido advirtió a Psique sobre la amenaza que sus dos hermanas representaban ante ellos; aun así, permitió que ella las viera, pero debía evitar ser persuadida para descubrir la identidad de él. Las hermanas llenas de envidia ante la felicidad y riqueza que rodeaba a su hermana, lograron sembrar la curiosidad en ella hasta convencerla de conocer la identidad de su amado.

Una noche, después de que Cupido había alcanzado un sueño profundo, Psique lo descubriría con una lámpara y le clavaría un cuchillo si veía a un horrible ser. Lo que descubrió no fue un monstruo, sino a la más hermosa de las criaturas, al dios del amor. Quedó perpleja ante su visión y se arrodilló para contemplar su belleza; mientras lo hacía, una gota de aceite de la lámpara cayó sobre el hombro de Cupido, despertándolo inmediatamente frente a la traición de la joven.

Cupido la abandonó y voló con su madre para que le curase la herida. Aunque desconsolada, Psique estaba decidida a encontrarlo y recuperar su amor. Después de varios intentos, le rogó a Venus por su ayuda, pero ella le impuso tareas difíciles para una mortal antes de ganarse a Cupido de vuelta. Ella logra completarlas con la ayuda de fuerzas sobrenaturales.

Con la herida sanada y desesperado por el amor de Psique, Cupido partió al Olimpo para presentarle su caso a Júpiter. Él reunió a todos los dioses para anunciarles que Cupido y Psique estaban oficialmente casados y pidió a Mercurio que elevara a Psique hasta el cielo. Júpiter le dio una taza de ambrosia para hacerla inmortal y convertir el amor entre ella y Cupido, en algo eterno.

Las interpretaciones sobre este relato son abundantes, no obstante, está claro que la personificación del alma sobre la mortal Psique refleja la transformación que se alcanza después de un recorrido escabroso, dirigido a conseguir aquello altamente deseado.

De manera simbólica, la mariposa ha significado el renacer que procede a su metamorfosis. A lo largo del ciclo vital atraviesa por diferentes etapas, ocurriendo cambios profundos en cada una de ellas. Finalmente, emerge de sí misma en su mejor forma hacia una nueva existencia.

De esta forma, es probable que ambos conceptos hayan adquirido dicha conexión, además de la ya existente relación entre alma y mariposa como significados del término psyche. Es por ello que la diosa del alma está plasmada bajo un modelo humano con alas en cualquier forma artística.

A pesar de que la psicología haya evolucionado como “estudio del alma” a otra definición empleada estos días, muchos psicólogos conservan la simbología combinada de la letra griega psi y la mariposa como una manifestación de lo que ocurre con las almas con quienes trabajan. Al final del día, son testigos de transformaciones humanas acaecidas entre experiencias que conducen a un crecimiento personal y una nueva forma de vida.

 


 

La información de este artículo está basada en la siguiente bibliografía:

Atsma, A. (2015). PSYKHE. Recuperado de http://www.theoi.com/Ouranios/Psykhe.html

Colman, A. (2016). What is psychology? (3a ed.). New York: Routledge

Lowenthal, M. (2004). Alchemy of the soul: The Eros and Psyche myth as a guide to transformation. Unites States: Nicolas-Hays, Inc.

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